Que todo sea como nunca fue, de Joachim Meyerhoff

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Fecha de publicación: 13/01/2015
Número de páginas: 400
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Sinopsis: ¿Es normal crecer entre cientos de locos? Para el protagonista de esta novela, el hijo del director de un hospital psiquiátrico de niños y adolescentes, sí. Joachim pasa su infancia peleando con sus hermanos mientras intenta llamar la atención de su brillante y admirado padre. Su sensación de incomprensión únicamente se calma cuando oye las voces de sus vecinos dementes. Él sólo es feliz corriendo por los jardines del hospital a hombros de un paciente gigante.

'Que todo sea como nunca fue' comienza con un Joachim de siete años, un niño que de camino a clase se encuentra con un cadaver, y corre eufórico a contarle a sus compañeros su gran hallazgo ¡Ha visto su primer muerto! A partir de este peculiar recuerdo descubriremos el día a día de Joachim y su familia; la de la esposa e hijos del director de un psiquiátrico y las excéntricas anécdotas que esas cuatro paredes les ofrece.

Mi primer muerto fue un jubilado. Mucho antes de que un accidente, una enfermedad y la decrepitud hicieran desaparecer a las personas de mi familia que más quería, mucho antes de que tuviera que aceptar que mi propio hermano, mi padre —demasiado joven—, mis abuelos e incluso el perro de la infancia no eran inmortales, y mucho antes de que llegara a mantener un diálogo constante con mis muertos —tan alegre, tan desesperado—, una mañana me topé con un jubilado muerto.

El padre es uno de los personajes que más protagonismo adquiere en las historias del pequeño Joachim. Es el director y un respetado médico en el centro, y el autor nos muestra los recuerdos que posee de él y cómo el compartir vivienda y centro de trabajo lo marcaba todo. Por una parte recuerda su versión más profesional, en la que el teléfono sonaba en mitad de la noche y tenía que irse a solucionar algún incidente, pero a la vez su faceta más humana en la que retrata a un hombre cariñoso que siempre tenía una palabra amable y un gesto de amor para él.

Lo interesante de la historia es que, por un lado se trata de un relato de lo más peculiar, pues creo que ninguno de nosotros rescataremos de entre nuestros recuerdos ninguna historia de un loco que nos lleva a hombros mientras toca una campana o de unos guardaespaldas que acabaron jugando al ping-pong en chandal en casa. No obstante, descubriremos que a pesar de esas notas discordantes, no dejan de ser una familia como cualquier otra, de esas que se reúnen en torno a juegos de mesa y en las que los hermanos se chinchan unos a otros sin parar.

'Que todo sea como nunca fue' es una novela autobiográfica de Joachim Meyerhoff en la que recoge pequeños trocitos de su juventud y nos presenta una niñez atípica pero ante todo feliz. Debo decir que no coincido con lo que presentan las descripciones como una novela 'locamente divertida', ya que ante algo así esperas una historia puramente de humor que te arranque cientos de carcajadas, pero si la describiría como un relato lleno de nostalgia y cariño por la familia, a la que no se elige, pero que a pesar de sus excentricidades, no la cambiaríamos por otra.

5 comentarios :

  1. Ya solo con ver la portada me hasalido una risilla!

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  2. Parece un libro interesante. El planteamiento desde luego es original,así que me lo apunto.

    Besos!!

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  3. Me gusta y no me atrae del todo a la vez...no la descarto si me la cruzo.
    Un beso!

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  4. No le había prestado mucha atención, pero tu reseña me ha hecho tenerlo en cuenta.
    ¡Besos!

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  5. Originalísimo. Y es que la niñez debe ser un tiempo feliz, estés donde estés.

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